Yo, ajeno a mí mismo, busco una sola persona que no cumpla un patrón, que no sepa como va a responder, que sea totalmente impredecible, que no tenga un divisor, como un número primo, un número solo divisible por si mismo para dar un resultado práctico, un número que no tenga una copia.
Por suerte o por desgracia, aún no sé si he encontrado a alguien así, pues entonces, de verdad, comenzaré a interesarme de verdad por una persona.
No trato de decir que yo sea uno de esos números, simplemente, busco algo que nunca, nadie, pueda conseguir.