miércoles, 24 de octubre de 2012

productos de una realidad engañosa.

No me había planteado como salen las cosas, sin plan alguno, cuando solo te importa que el orden de los factores no altere el producto. Las cosas pasan, y siempre pasan por algo; el concepto de "casualidad" está equivocado y la "causalidad" lo explica todo, o al menos eso razonaba mi cabeza. Razonar, que verbo más absurdo, no tienes porque razonar nada, no te va a servir de mucho... el instinto es la mejor inteligencia que tenemos, pensar demasiado en un acto determinado puede hacer que se esfume, que pasen a ser átomos ante una reacción química, cambiando todo bruscamente y perdiendo todo aquello que podrías haber tenido antes. Perder, otro verbo inútil, ¿de verdad perdemos cuando rechazas una opción u objeto? No se tiene que ver desde ese punto de vista, al perder, ganamos otras cosas y entre esas otras muchas cosas está una libertad. Sí, libertad, aquello que si nos la diesen, ya no sabríamos que hacer, marcados uno por uno por las reglas, que están para romperlas y saltarlas, para romper todo aquello ético y moral, para convertirlo en nuestro y poder disfrutar de una realidad propia, sin segundos puntos de vista, pues no hay limites, solo la muerte puede pararnos.

1 comentario:

  1. Para no esperar que nadie te lea escribes bastante bien xD

    Solo existen los limites que nosotros mismos nos imponemos.

    sonriesinsentido.blogspot.com

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